Anticipando su cumpleaños en su desfile (el grandioso
diseñador cumple hoy 80 años), Giorgio Armani sigue mostrando a cada colección
que sigue siendo uno de los mejores diseñadores de la historia, deslumbrando
una magnífica colección haute couture otoño – invierno 2015.
“A veces un matiz es suficiente”, dijo, resumiendo la esencia
de su desfile.
¿Un matiz? Realmente, toda la colección era
una repetición de colores y formas. Y largos muy cortos. La sastrería –siempre
un punto fuerte para los clientes de la colección Armani Privé– prácticamente
hizo las veces de faldas por debajo de las chaquetas bailantes.
Este cambio de silueta ha puesto el ojo en
la sastrería: las chaquetas de línea A en tejido de crêpe o piqué se combinaban
con shorts, faldas lápiz o pantalones estrechos para crear una silueta
trapecio.
Y entonces llegó el rojo. El rojo escarlata
que caía desde una pantalla digital a modo de laca de uñas brillantes.
Mientras otros diseñadores prefieran
desafiar a los límites de la costura, Armani hace ropa que las mujeres puedan
llevar.
Dejen a un lado la extravagancia –aunque
los velos moteados con pequeñas bolitas de color, del sombrero Philip Treacy,
eran bastante encantadores–, porque también había prendas reales. Y eran
elegantes y llevables, a la par que originales.
Esta temporada destilaba un aroma de la
Riviera italiana, cuando las mujeres aún se paseaban en looks increíbles
terminados con exquisitos zapatos de tacón de aguja.
Tal y como el propio Armani dijo: era el
look de la firma, con el matiz de la temporada.
Source: Suzy Menkes – Vogue.
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